martes, 7 de julio de 2009

Autos y hamacas*

Recolecto actitudes ajenas. Colecciono sentimiento autónomos. Sí. Sentimientos que no sabía que existían en mi y me manipulan. Saberes y sabores que no respondían a mi querer. Cómo manejarlos. Cómo no depender de los sentimientos. Cómo lograr que no hieran la frágil vida que me mantiene en pie.
Sola en mi mundo, como me gusta ser y vivir. Sola en el mundo de los demás que odio y desespera. Aislada. Y sin días por contar. Y sin gente con quien contar.
Recolecto lo que no sembré. Nada. Sola. Como odio. Como me gustar estar.
Sé que esos sentimientos alojados muy dentro de mi cuerpo, de mi mente en algún momento querrán salir. Querrán dejarse sentir. Van a querer dejarse ver y van a querer ser retribuidos. Pero no soy así. Me cuesta sentir. No siento amor. Ni euforia. Ni alegría y menos felicidad al estar con "los demás" (los únicos que afloran esa sensación, esa vitalidad son mis perros, y me hacen felíz de verdad). Sólo la icapacidad de crear y creer.
Aunque no pueda sentir nunca, sufro. Me duele la irresponsabilidad, el odio, el dolor. Debo escapar del aislamiento que crea mi antipatía, mi mentira, mi falta de sentido. Debo cambiarlo. ¿Por quién? Por mí. No quiero que nadie en mi vida me implique cambiar. No quiero cambiar por nadie. Quiero ser como siento que debo ser y no quiero que me importe agradarle a los demás.
Quiero. No puedo.


*El título no tiene que ver con nada, sólo surgió de un mini brain storming momentáneo. Se cruzaron esas palabras y salió el título

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