jueves, 19 de noviembre de 2009

De qué sirve querer ser...

Tarde o temprano iba a caer en la realidad.
Esa realidad que no quería pensar por creer que podia ser mejor.
y me di cuenta de que no sobrevive el más fuerte ni el más capacitado sino el que es más "bello", menos oscuro y más garca.
Tarde, porque en veintitantos años confiaba que el mundo era un lugar mejor.
temprano, porque descubrí que es nadar contra la corriente querer encajar.
"Encajar" es la cuestión. Querer formar parte de aquello de lo que no nos dejan formar parte. Querer ser de los que somos de otro lugar.
Ser un extraño, un rarito, más oscurito o menos "iluminado" que otros nos deja en el lugar en el que estamos.

Es humillante saber que sólo nacimos para servir a los demás. A los deseos y caprichos de los demás, porque son más claros. Porque son más claros.

Es humillante saber que no cambiaré mi destino tal como pregonan algunos diciendo que el futuro, nuestro destino es tal cual nosotros lo vamos construyendo. Es mentira. El destino es áquel que los que más tienen, los que son más "bellos y más claron quieren que sea.

Y de qué sirve luchar tanto por querer superarse a uno mismo, por enriquecer la mente y el espiritu si después vamos a terminar sirviendo a los demás. De qué sirve querer ser más cuando estamos predestinados a ser menos que todos los que son más claros.

De qué sirve querer ser.

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