domingo, 1 de junio de 2008

Casi...

Martes 27 de mayo de 2008
La bronca. Respiro. El miedo. Los ojos, por estallar, llenos de lágrimas. Respiro. No permito que caigan. La bronca, el dolor, el miedo, el odio, la cobardía, el tiempo, la infelicidad, la soledad, la mentira, el amor... la muerte. Los ojos más brillosos, llenos de agua. Arden. Pestañeo lenta y suavemente. Los párpados vuelven a caer y se desvían de su caudal las lagrimas. Arden y no tienen sabor. Ya son incontenibles. En el silencio de la soledad se puede escuchar el recorrido que toman por las mejillas. Se escucha cuando caen al vacío. Se escucha cuando se estrellan en el suelo. Son incontenibles. El té se enfría. Ni un sorbo de él pasa por la garganta. Un nuevo intento. Es imposible. Los ojos contra la pared. No ven nada, miran mucho. Piensan imágenes pasadas de buenos recuerdos. Duelen. La pared blanca. El no recuerdo. La nada. La vida. Vuelve el dolor, la angustia. Aprietan el corazón. Lo retuercen con furia. La cabeza se vence, no puede soportarlo. Se cae. Los ojos miran. Algo. Son atraídos por algo. La cabeza también. El corazón se siente aliviado. Vuelve a pensar. La mente en blanco. Coordina movimientos. Lo piensan. La mano lenta y temblorosa si dirige hacia delante. Los dedos se abren, a la fuerza. El objetivo es claro. Lo agarran. Se aferran con fuerza. Lo levantan y m. Los ojos bien abiertos lo miran detenidamente, estudiándolo. La infelicidad, la angustia, la bronca. Me odio. Lo miro nuevamente, estudiándolo. Sabiendo que es el momento. No hay pensamientos en mi mente. Mis manos están decididas, mi alma es libre, mi cuerpo no sabe, mi cabeza me sostiene. Siento que floto en el aire, soy tan pequeña. El dolor me achicó. Floto en el aire. No pienso más. Mis manos aprietan con todas sus fuerzas el cuchillo y lo clavan en la parte posterior de mi mano izquierda. De arriba hacia abajo. Con fuerza. Con fuerza. Con dolor. Lo clavan. Siento que rompió mi odio. Y las lagrimas siguen en su lugar. No pueden salir. Otro sentimiento las hizo retroceder. Ya nada importa. Nada importa. Nada. La sangre no escapó. Me volví a equivocar. Todo falló. Una vez más. Acá estoy. Escribiendo.

el titulo lo dice todo... casi, casi un final esperado.
aca demuestro todo lo infeliz que me siento. la incapaz forma que buscó para canalizar mis miedos ya no me sirve. y me derrumbé otra vez en el medio de toda la gente.

1 comentario:

  1. el desconsuelo y la muerte y la salida en el alcohol. inflamable como ninguna, arde mi alma y no encuentro perdón.

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